Ya ha pasado un año de su llegada al «poder» Sebastian Piñera (en realidad al gobierno de Chile) y aparecen las evaluaciones o comparaciones que los analistas del acontecer hacen habitualmente.
Para muchos basta comparar cifras de aprobación o rechazo para medir éxito o fracaso en tal o cual aspecto y con ello aventurar teorías respecto del futuro. La contingencia se engulle el razonamiento mínimo y son muchos los que indican que este gobierno anota a su haber la mayor cantidad de errores no forzados de los últimos 40 años. En principio estoy de acuerdo con esa mirada ya que ha habido en varios episodios, posibilidades de haber hecho mejor las cosas. Las causas de estos errores atribuidas a inexperiencia política o a inexperiencia mas precisamente gobernando son casi de perogrullo.
Lo primero importante a establecer es que su gobierno bajo ningún aspecto puede ser comparado con los gobiernos anteriores pues en ellos subyacía el aire de «democracia impoluta » con que se vistieron por años todos los que fueron opositores al dictador Pinochet. En el colegio diríamos que partían con punto base “democrático”, asunto bastante opinable pero instalado en la sociedad.
El suyo nunca tendría este punto base pues es un hecho que para formar su plataforma ha tenido que acoger a mas de alguno que no exhibe credenciales de pureza democrática. Es sabida su declaración al respecto, que incluso fue puesta por Navia como condición para darle su apoyo.
Pero todo esto es pasado. El presente y futuro que a usted tanto interesan van por otro camino.
No es menor que bajo su gobierno, una intendenta mentirosa, una ministra distraída, un empresario omnipresente o un sacerdote perverso reciban la critica y rechazo mayoritario por conductas reprobables y que antes habrían sido manejadas con habilidad para lograr atenuarlas.
Estos son pasos que da nuestra sociedad en el camino a la consolidación de una comunidad pensante, libre y crítica. Para ello hemos debido pasar largos años de aprendizaje respecto de lo que pone o no en riesgo nuestra estabilidad social.
Siempre surgirá algún sector anunciando el fantasma de la inestabilidad y por ende el riesgo de “perderlo todo” por tal o cual cosa siendo la defensa de “la familia”, “la fe”, “la democracia” o “el progreso económico” los favoritos para estos “agoreros sociales”.
Es muy probable que al terminar su mandato, el nivel de popularidad que usted alcance, esté lejos del logrado por sus dos antecesores y no importa cuanto esfuerzo ponga ello, la meta está perdida. Pero no está perdido su mayor logro.
Al fin de su gobierno usted entregará un Chile sin miedos…atrevido, pensante y opinante. Un Chile que no se conforme con palabras fáciles y discursos complacientes. Un Chile donde el que intenta pasarse de listo, deberá trabajar más porque hay miles de compatriotas inquietos y activos en denunciarlos.
El desarrollo no se logra con una sociedad silenciosa y abúlica.
Al contrario, se logra con la unión de voluntad, iniciativa, derechos equitativos, trabajadores responsables y empresarios educados en la valoración de sus recursos humanos. Con la administración de los problemas y soluciones consensuadas pero también con soluciones impuestas bajo la mirada del bien mayor.
Para ello se requiere valentía y arrojo.
Es fácil gobernar dando en el gusto a la mayoría y llenando el bolsillo de los mas humildes con algunas pocas monedas de lo que sobra.
Su mayor logro quizás el mas inesperado es que hoy en Chile todos, incluidos los poderosos estemos sujetos a tener que responder por lo que hacemos o decimos.
Eso no sale en las encuestas pero ocurre hoy en Chile y bajo su mandato.
Comentarios recientes